La sabina es un árbol de la familia de los cipreses. Como
ellos es muy longeva, y de hoja perenne. Cuando vemos una sabina pequeña, tiene
una forma cónica muy característica, y, de entrada, puede parecernos un tipo de
arbusto, pues los ejemplares que podemos ver por los bosques de casi toda
España son pequeños, sin embargo esto es así porque su crecimiento es lento, y
los ejemplares más grandes acostumbraban a ser talados, ya que su madera es
apreciada por su dureza, color (rosa pálido) y su olor que nunca desaparece,
por muchos años que tenga la biga o el mueble que haya sido hecho con ella.
Hay dos tipos de sabinas, la negral y la albar, la primera
no alcanza la altura de la segunda, de unos 24 metros en los ejemplares más
viejos. Ha estado al borde de la extinción, y actualmente está prohibida su
tala.
Este árbol tiene un ramaje que recuerda mucho al de sus
primos los cipreses, pero su olor es más fuerte. Le gusta crecer allí donde
otros árboles lo tienen difícil. Aguanta el frío extremo y la sequía. Se
desarrolla entre piedra y tierra pobre, en laderas inclinadas, pero también sobrevive en bosques menos
austeros, entre robles o pinos. Acostumbra a verse en la misma zona que el
enebro, pues a ambos les gusta el mismo tipo de terreno. Podemos verla con más
seguridad en lugares que superen los 500 metros de altitud.
Las provincias españolas donde más abunda son las de ambas
Castillas, lugares con climas extremos, pero también puede verse en los bosques
mediterráneos interiores, así como en las islas Baleares y Canarias.
Sabinar de Calatañazor |
El sabinar de Calatañazor (Soria), es un pequeño espacio
vallado y protegido, donde se conservan las sabinas más grandes y longevas de
toda España, con ejemplares milenarios. En esta provincia hay otros espacios
con magníficos sabinares de ejemplares muy viejos, como son la Fuentona o Rio
Seco.
Aquí puedes ver un video sobre los sabinares de Calatañazor y la Fuentona.
Sabina en la isla de Hierro |
El sabinar de la isla de Hierro es conocido porque tienen
formas muy características debidas al fuerte viento que azota constantemente el
lugar. También son ejemplares muy antiguos.
Este es un enlace sobre el sabinar de la isla de Hierro (islas Canarias) y este otro sobre las sabinas de Menorca (islas Baleares).
La energía de este árbol transmite fortaleza y adaptabilidad
a las circunstancias más duras y adversas, y además es capaz de producir un
aroma que nos embriaga, aroma de sus hojas, frutos y madera. No teme a los
vientos, ni a las pendientes imposibles de escalar, y aguanta con paciencia el
frío más extremo y la sequía más pertinaz. Aunque el suelo se halle plagado de
piedras, y apenas se vea una minúscula porción de tierra, este árbol es capaz
de aferrarse a ese espacio, y sabe sacarle provecho a todo lo que pueda ser
utilizado para la supervivencia y para crecer. Y todo lo consigue con paciencia
y perseverancia.