El extracto de la
contraportada dice:
“Los árboles parecen estar
callados en nuestro jardín, pero no es así. Los robles, los manzanos… no se
comunican únicamente entre ellos, sino que también lo hacen con nosotros, sólo
que para comprenderlos, debemos aprender su idioma.
Si sabemos qué tal anda un
árbol y detectamos, por su manera de crecer y por el estado de las hojas o de
la corteza, cómo se encuentra, nos dará muchas alegrías”
Además de dar consejos prácticos,
y guiarnos en nuestra observación de los árboles, hace una descripción
sencilla, pero inteligente, de algunos árboles, en general aquellos que el
conoce mejor por su trabajo o porque los tiene en su jardín.