El geógrafo griego Estrabón describió los paisajes de la Península Ibérica como selváticos y poblados de densos bosques, de ahí la leyenda de la ardilla que podría cruzarla entera sin bajarse de los árboles. Basándose en esta leyenda, existe un programa de repoblación forestal llamado “El caminode las ardillas”
Las causas de esta deforestación son muchas: proliferación de cultivos agrícolas, extensión descontrolada de la ganadería, quemas (intencionadas o no) de grandes superficies forestales, aprovechamiento incontrolado de madera y carbón, crecimiento urbanístico, etc.; pero, a pesar de esta considerable disminución de la superficie forestal ocurrida a lo largo del tiempo, la Península Ibérica todavía presenta gran riqueza y variedad de vegetación
España alberga una de las mayores riquezas botánicas del mundo, con cerca de 8.000 especies vegetales, de las cuales 1.200 son endemismos, es decir, especies que únicamente habitan en nuestro territorio.
Principales tipos de bosques y especies asociadas a los mismos
Los árboles y por tanto, los diferentes tipos de bosques, se distribuyen en función del clima, altitud y tipo de suelo.
Hay dos climas fundamentales y bien diferenciados en la península, clima atlántico y clima mediterráneo.
El clima atlántico se presenta en la zona noroeste y se caracteriza por presentar precipitaciones distribuidas uniformemente a lo largo del año, incluso durante el verano. Estas zonas son típicas de bosques caducifolios (árboles que pierden la hoja durante el invierno) y bosques de coníferas en las zonas más frías.
El clima mediterráneo se caracteriza por presentar precipitaciones escasas e irregulares, concentradas en pocos meses y muchas veces torrenciales. Es típico de esta zona la sequía durante el verano. El monte mediterráneo está básicamente formado por especies de hoja perenne, es decir, árboles que no pierden la hoja.
La altitud condiciona la temperatura y la precipitación, de forma que a medida que aumenta la altitud disminuye la temperatura y aumenta el número y cantidad de precipitaciones.
Los distintos tipos de bosque que podemos encontrar pues, son:
Bosques mediterráneos de baja altitud (monte mediterráneo)
Bosques mediterráneos de montaña
Bosques húmedos de alta montaña
Bosques húmedos de media montaña
Bosques de ribera
EL BOSQUE MEDITERRÁNEO
Este tipo de bosque se sitúa generalmente en climas secos, con sequía marcada durante el verano. Las especies que lo forman son de hoja perenne.
La superficie de monte ha ido disminuyendo a lo largo de miles de años debido a la presión humana y a la escasa regeneración posterior motivada por la dureza climática de esta zona. Debido a ello las especies vegetales que habitan en él presentan una serie de adaptaciones:
- Adaptaciones al fuego, ya que no hay que olvidar que el fuego es uno de los mecanismos de regeneración que presentan muchas de estas especies, éstas a lo largo de miles de años se han adaptado a las sucesivas quemas o incendios a las que han sido sometidas, debido a fenómenos naturales habituales como puedan ser los rayos que caen en las numerosas tormentas veraniegas. Estas adaptaciones se manifiestan por una serie de características como: la producción de vigorosos brotes que salen de las cepas quemadas o de las raíces, normalmente llamados "brotes de cepa o de raíz", por la presencia de cortezas gruesas como la del alcornoque, por la apertura de los frutos provocada por la altas temperaturas...etc.
- Adaptaciones a los largos periodos de sequía durante el verano y a la escasa presencia de agua en el suelo. Para ello presentan modificaciones morfológicas en sus hojas como: cutículas gruesas duras y con abundantes pelos o ceras que reflejan la luz solar, reducción en su tamaño, rugosidades y curvaturas con objeto de disminuir la superficie de las hojas, todo ello encaminado a evitar un calentamiento excesivo de sus hojas y disminuir al mínimo las pérdidas de agua. Además algunas de estas especies presentan sistemas radicales pivotantes (con una raíz larga y gorda a gran profundidad) con el objetivo de buscar agua a profundidades extremas.
En función de la topografía podemos distinguir dos tipos de bosque mediterráneo: de zonas bajas y de montaña.
El paisaje del monte mediterráneo de zonas bajas, presenta formaciones de bosque denso en las pendientes y bosque adehesado en las zonas más llanas. Generalmente las zonas de pendiente se han aprovechado para la caza, mientras que las dehesas se han dedicado a pastos, cultivos, obtención de ramón para el ganado y aprovechamiento de fruto.
Las especies de árboles más características de estas zonas son:
la encina (Quercus ilex)
la coscoja (Quercus coccifera)
el alcornoque (Quercus suber)
el pino carrasco (Pinus halepensis)
el acebuche (Olea europaea var. sylvestris)
fruto del madroño |
el madroño (Arbutus unedo)
el lentisco (Pistacia lentiscus)
Las especies arbóreas presentes en el monte mediterráneo de montaña sufren, además de sequía durante el verano, fríos muy intensos en el transcurso del invierno.
Entre ellas se pueden encontrar:
sabina |
el enebro (Juniperus communis)
el abeto andaluz (Abies pinsapo).
EL BOSQUE HÚMEDO
Este tipo de bosque se asienta en un clima fresco y lluvioso, sin sequía estival muy marcada. Generalmente está formado por árboles de hoja caduca junto con algunas coníferas que se suelen presentar en las zonas más extremas y frías
En el bosque húmedo de media montaña las especies de árboles, al contrario que las especies de zonas más secas, presentan hojas grandes y de poco espesor, la mayoría caducas y raíces más someras y superficiales, ya que no sufren escasez de agua.
Forman este tipo de bosque:
hayas (Fagus sylvática)
robles rebollos (Quercus pyrenaica)
robles (Quercus robur y Quercus petraea)
abedules (Betula sp.)
acebos (Ilex aquifolium)
pinos albares (Pinus sylvestris)
tejos (Taxus baccata)
serbales (Sorbus sp.)
Con la denominación de bosque húmedo de alta montaña, se encuentran las formaciones vegetales que se sitúan entre los 1.500 y los 2.000 metros de altitud, bajo un clima de inviernos largos y fríos y veranos cortos y poco calurosos.
Estos bosques están divididos en varios estratos. En el estrato arbóreo podemos encontrar:
el Pino Negro (P.uncinata)
el serbal (Sorbus aucuparia)
el abeto (Abies alba)
el abedul (Betula sp.)
el pino silvestre (Pinus sylvestris)
En estas duras condiciones dominan los bosques de coníferas, que en nuestras latitudes y en situaciones de montaña están formados por dos especies de árboles: el pino negro (Pinus uncinata) y el abeto (Abies alba). El abeto se extiende entre los 1.000 y 1.700 metros de altitud, situándose en las zonas mas frescas y umbrías. A medida que vamos avanzando en altitud es sustituido por el pino negro que marca el límite en altitud del bosque (hasta los 2.400 metros). El área de distribución de estas dos especies se encuentra principalmente en los Pirineos, área natural del abeto. En el caso del pino su área se ha ido relegando a esta zona por la presión a la que ha sido sometido, sólo quedan pequeñas áreas como testigos del pasado.
Los bosques de coníferas son los bosques naturales de estas zonas por varias razones:
Debido a la altitud y las bajas temperaturas el periodo vegetativo es muy corto por lo que las especies de hoja caduca no tienen tiempo suficiente para desarrollar todo su follaje y su ciclo reproductivo. Las especies de coníferas si, al ser de hoja perenne.
Las hojas de las coníferas son lineales, con una superficie muy reducida y de gruesa cutícula que les permite aguantar mejor el estrés hídrico producido por las bajas temperaturas.
EL BOSQUE DE RIBERA
El bosque de ribera está formado por la vegetación situada sobre suelos temporal o permanentemente encharcados por presencia de acuíferos, capa freática cercana, rios...etc.
Estas especies vegetales superan las condiciones de sequía debido a que consiguen mantener sus raíces en contacto directo con el agua. A consecuencia de la presencia cercana del agua en estos suelos, la existencia de caliza se difumina por lavado y, por tanto, el condicionamiento por el tipo de suelo o sustrato es inapreciable, de forma que nos podremos encontrar especies típicas de terrenos silíceos en terrenos calizos.
El condicionamiento con respecto al agua es tal que los bosques de ribera de las zonas más húmedas de la Península son similares a los de las zonas más secas.
En estas zonas se distinguen cinco formaciones arbóreas:
- FRESNEDAS
- OLMEDAS
- ALISEDAS
-CHOPERAS
-ALAMEDAS
- SAUCEDAS
- TARAYALES
Las fresnedas son formaciones arbóreas compuestas de fresnos (F.angustifolia y F.excelsior), propias de las vegas y fondos de los valles, bajo suelos con saturación de agua en el suelo, arenosos y silíceos.
Las olmedas están formadas por dos tipos de olmos: olmo común (Ulmus minor) y el olmo de montaña (Ulmus glabra), se localizan también en las vegas pero más alejadas de los cauces que las fresnedas, normalmente sobre suelos arcillosos.
sauce |
Entre estas dos formaciones se situarían las saucedas, formaciones compuestas por especies del género Salix.
Los tarayales son bosquetes poco densos, dominados por distintas especies de "tarays" (Tamarix sp.). Se encuentran en riberas demasiado secas para el desarrollo de bosques de ribera caducifolios como los anteriormente mencionados.
Aquí podrás ver Videos sobre algunos tipos de bosques
El bosque protector: Programa de TVE sobre los bosques españoles (enlace para seleccionar)